Ya no es lo mismo

Volví a mi hogar.

Regresé a aquel lugar
donde viví mi infancia,
donde pasé los mejores y peores momentos.

El recuerdo y sus sentimientos
eran más fuertes
que aquella realidad que quería negar.

Mis mascotas ya no estaban,
las habían reemplazado.

Más de quince habitciones vacías
me decías
que ese lugar
no iba a ser llamado
hogar.

Mis patios y jardines seguían
pero ya no están.

La risa de mis hermanos
era un simple eco doliente y
moribundo.

Mis pasos no sabían a dónde ir.

Las huellas,
que eran mi senda,
se habían esfumado
roídas por el viento y los cambios.

De cuando en cuando vuelvo,
con la esperanza que sea todo un sueño,
queriendo ver de nuevo la sonrisa de los muros
y el saludo del pasado.

Sigo soñando,
sigo creyendo.

Continúo queriendo
que no hayas cambiado.




P.J.