Buena suerte y hasta luego
"Una ex cuñada mía, pupila escolar de las huestes teresianas, se ufanaba hace unos años ante mi madre de haber guardado su virginidad hasta el matrimonio, subrayando lo especial que había sido ese momento para ella. Yo guardaba mis ganas de soltar una carcajada de cantina pensando en cuán especial debía haber sido el mismo momento para su esposo, inaugurado en un burdel con por lo menos una década de anticipación. Eso es lo que me revienta de la ofrenda virginal femenina: su sumisa ingenuidad. Te regalo mi sangre y mi dolor y mi inocencia; ¿tú me das lo mismo a cambio?"
No recuerdo bien dónde me dijo aquella amiga con la que hablé del tema que escuchó o leyó eso (debe haber sido leyó), y si bien tuvimos esta conversación hace no sé cuántas semanas en que los dos andábamos igual de aburridos, recién hoy releo este fragmento y me pongo a verdaderamente pensar.
Sin afán de juzgar a la generación pasada (y algunos de sus representantes en la nuestra), cuyas experiencias burdelísticas (si es que existe esa palabra) eran el regalo perfecto hecho por sus padres, tíos o algún buen amigo con algo de plata.
Si bien considero que cada quien es libre de hacer lo que le plazca, no podía dejar de pensar en la ingenuidad de algunas personas que creen que esa es la mejor manera de debutar, en especial a los 13, 14, 15 años... cuando la puta bien puede ser 10 o 15 años mayor, con alguna enfermedad venérea, y que se va a aburrir pasados los 5 miutos que ese imberbe individuo va a durar en esa sucia cama de hostal.
Pero bueno... en todo caso, a todas aquellas ingenuas "ex-cuñadas"... si piensan que su futuro esposo va a epserar ese mágico momento en que los dos pierden su virginidad a la vez, en su noche de bodas, les digo 2 cosas... o buena suerte en encontrar uno así, o simplemente, busquen a aquel amigo lo suficientemente tímido y pobre como para ir a un burdel, y háganse un favor mutuamente.
P.J.
No recuerdo bien dónde me dijo aquella amiga con la que hablé del tema que escuchó o leyó eso (debe haber sido leyó), y si bien tuvimos esta conversación hace no sé cuántas semanas en que los dos andábamos igual de aburridos, recién hoy releo este fragmento y me pongo a verdaderamente pensar.
Sin afán de juzgar a la generación pasada (y algunos de sus representantes en la nuestra), cuyas experiencias burdelísticas (si es que existe esa palabra) eran el regalo perfecto hecho por sus padres, tíos o algún buen amigo con algo de plata.
Si bien considero que cada quien es libre de hacer lo que le plazca, no podía dejar de pensar en la ingenuidad de algunas personas que creen que esa es la mejor manera de debutar, en especial a los 13, 14, 15 años... cuando la puta bien puede ser 10 o 15 años mayor, con alguna enfermedad venérea, y que se va a aburrir pasados los 5 miutos que ese imberbe individuo va a durar en esa sucia cama de hostal.
Pero bueno... en todo caso, a todas aquellas ingenuas "ex-cuñadas"... si piensan que su futuro esposo va a epserar ese mágico momento en que los dos pierden su virginidad a la vez, en su noche de bodas, les digo 2 cosas... o buena suerte en encontrar uno así, o simplemente, busquen a aquel amigo lo suficientemente tímido y pobre como para ir a un burdel, y háganse un favor mutuamente.
P.J.
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