Pero el amor, esa palabra...

Viviendo
con la torpe angustia del desesperado,
buscando en las bromas verdad
y en mi vida realidad.

Con decisiones por tomar,
dejo de pensar
en mi ética que parece moral,
y me lanzo a caminar,

Hay mentiras fabricadas
que me muero por creer.

Mis dedos te dibujan
en el lienzo de mi mente,
inerte materia viva por ti.

La ausencia aniquilante
del no saber dónde estás,
me dice que no debo
y que todo es una gran señal.

¿Señal de qué?
¿Señal de que debo contener
un alma
cansada de esperar?

No lo creo
ya que nunca fue así.

Sentimientos nuevos,
algunos encontrados,
miedo
amor
frenesí.

Con mi locura sigo,
esperando aquel tambor
que me diga que estás ahí,
que me grite ¡es por ti!


P.J.

Una carrerita?

Homofóbicos, homosexuales, izquierdistas, de derecha, apolíticos, mujeres, hombres, militares, médicos, profesores, policías o ladrones.

Cuentacuentos, inventores, Colones, Madres Teresa, consejeros y psicólogos.

Climatólogos, mudos, amigueros y aburridos.

7 soles; voy por 6; la gasolina; no, así no más; ya, vamos no más... cinturón por favor; cóbrese; me avisa; en la esquina está bien; gracias; suerte maestro.

P.J.

Futuro venidero

De vuelta voy
al amor sin aranceles,
a la vida de cuarteles,
a la girl sin boy.

Una Maga sin magia,
un mundo de ilusión;
apresurarme sin razón
y enamorarme sin mesura.

Jubilado de las penas
toco a tu puerta,
te tiro una flor con beso
y un remedo de adiós.

Cansado de la vida
y harto de soñar,
me dispongo a respirar, mirar y amar.

P.J.

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Hay personas en la vida, que uno no sabe por qué llegan, ni sabe si se van a quedar o no, pero a veces es bueno olvidarse de lo que no sabemos y lanzarse.

Cruce peatonal

Caminos del pasado,
unidos de la mano;
debajo, líneas blancas,
adentro, ilusión.

El paseo sigue,
un poco más apartados,
con lágrimas en los ojos
y ganas de soñar.

Un abrazo en silencio
cual fin del juego
e inicio de la vida.

Y es que al final de los días,
juntos o alejados...
siempre tendremos ese cruce peatonal.


P.J.

Sin testigos

Aun me persigue en silencio
aquel beso tímido,
que nunca debí robarte.

Los motivos desmotivados,
por un sentimiento
apresurado.

Las acuáticas no se hacen esperar.

Sigue llenando ese instante en el que no estás,
como antes de haber vivido,
como después de desaparecer.

Ámame sin testigos,
bésame sin anestesia…
y no vuelvas a irte
sin previo aviso.


P.J.