30.7.06

Dos gotas en el mar? lágrimas quizás...

De nada sirve recordar... el pasado siempre será el mismo y el futuro siempre incierto.
Recordar es volver a sufrir, vivir todo aquello que no nos ha gustado.

Me he dado cuenta que las cosas más sencillas siempre son las que más daño nos hacen, y no hablo de daño físico, sino del emocional.

Estaba haciendo una de esas cosas comunes que nos hacen daño, hablaba con una amiga; lo poco común es que esta amiga fue una de las personas que me hizo sufrir (si, yo mismo me lo hice, pero suena mejor así), y con la etapa superada y la amistad reestablecida y algo fortalecida (aunque no sé hasta qué punto) conversábamos, ella me contaba de aquel muchacho "perfecto" que conoció hace un tiempo, pero que por más perfecto que era, no lograba llamar su atención en un 100%, pero debido a que "hicieron click, y tú sabes lo difícil que es que yo haga click con alguien, entonces no quiero alejarlo", ella no sabía qué hacer.

Si bien, mis sentimientos por ella están totalmente claros y superados algunos de ellos, esa palabrita (click) me dio una sensación un tanto extraña.
Fue la misma palabra que usó en ese momento en que me hice(zo) daño... y si también tenía miedo de perderme, e hizo cosas que no sentía? no, no puede ser, estaba con enamorado! pero quien sabe... los sentimientos son engañosos... todo esto rondaba por mi mente...

Y una vez más, sin querer hacerlo, logró(é) dañarme un poco.

Y sin saber a qué iba esto, como todo, debe terminar... sólo te pido disculpas, porque sé que nunca leerás esto, y es para ti.



P.J.

Amor en silencio












Se dice fácil recordar
aquella tarde infinita de abril
en que el roce de tus labios parecía abrazar los míos.

Esos labios diez estrellas,
lecho de tu risa
tan blanco y negro que aun la siento
saltando entre mis dedos.

Alma en vuelo
¡despierta!

Ojos verde violeta,
eres mi manía.

En mis ojos el secreto
de saborear el olor a prohibido de tu cama.

En el cenicero de tus manos
dejo mis palabras,
legado de un amor kamikaze,
maquilladas con metáforas despeinadas,
de este, mi arte...
perder.



P.J.

29.7.06

Hambre de ti














Hay sensaciones,
que llegan fulminando mis instintos.

Un cuerpo tiernamente virgen me hace una invitación.

Aquellos pechos altivos;
aquella oscura inspiración en su mirada;
una voz que sosiega y esas manos que despiertan;
su lengua, con vida propia,
incandescente
por las llamas encerradas del amor prohibido y placentero de lo desconocido,
tan acorde con sus caricias que inspira temor.

Con cada mirada
una parte mía se va perdiendo,
para nunca retornar.

Un nerviosismo ferviente marca el inicio.

Me concentro en sus labios,
empañando mi mirada.

Mis ojos ardían
por el deseo incontrolable que su cuerpo emana.

Entre risas y suspiros
llegó la mañana,
llena de invisibles sentimientos
que acrecientan el olvido.

Hoy,
añoro ingenuo
la excelsa perfección de sus besos,
el tacto firme de su voz
y el recuerdo invencible
de aquel hermoso juego
que algunos llaman amor.

P.J.

26.7.06

Buena suerte y hasta luego

"Una ex cuñada mía, pupila escolar de las huestes teresianas, se ufanaba hace unos años ante mi madre de haber guardado su virginidad hasta el matrimonio, subrayando lo especial que había sido ese momento para ella. Yo guardaba mis ganas de soltar una carcajada de cantina pensando en cuán especial debía haber sido el mismo momento para su esposo, inaugurado en un burdel con por lo menos una década de anticipación. Eso es lo que me revienta de la ofrenda virginal femenina: su sumisa ingenuidad. Te regalo mi sangre y mi dolor y mi inocencia; ¿tú me das lo mismo a cambio?"

No recuerdo bien dónde me dijo aquella amiga con la que hablé del tema que escuchó o leyó eso (debe haber sido leyó), y si bien tuvimos esta conversación hace no sé cuántas semanas en que los dos andábamos igual de aburridos, recién hoy releo este fragmento y me pongo a verdaderamente pensar.

Sin afán de juzgar a la generación pasada (y algunos de sus representantes en la nuestra), cuyas experiencias burdelísticas (si es que existe esa palabra) eran el regalo perfecto hecho por sus padres, tíos o algún buen amigo con algo de plata.

Si bien considero que cada quien es libre de hacer lo que le plazca, no podía dejar de pensar en la ingenuidad de algunas personas que creen que esa es la mejor manera de debutar, en especial a los 13, 14, 15 años... cuando la puta bien puede ser 10 o 15 años mayor, con alguna enfermedad venérea, y que se va a aburrir pasados los 5 miutos que ese imberbe individuo va a durar en esa sucia cama de hostal.

Pero bueno... en todo caso, a todas aquellas ingenuas "ex-cuñadas"... si piensan que su futuro esposo va a epserar ese mágico momento en que los dos pierden su virginidad a la vez, en su noche de bodas, les digo 2 cosas... o buena suerte en encontrar uno así, o simplemente, busquen a aquel amigo lo suficientemente tímido y pobre como para ir a un burdel, y háganse un favor mutuamente.


P.J.

18.7.06

Porque tú no estás

I

Pensé que había vencido,
pero la victoria es siempre pasajera:
la mía duró poco, duró lo que duran tus caricias
y tus besos.

Al fin pude besar de nuevo
ese rostro hermoso tan desconocido,
ése que una vez fue mío,
y hoy
besa a otro
sin mayor sentido.

Tus manos,
que un día acariciaron la Luna,
hoy acarician su cintura,
pensando tristemente en mí.

¿Qué hacer sin tus caricias
y sin tus amargos besos?

Resignado al silencio,
le digo adiós a mis sueños,
saludando al cielo, al ave,
a la muerte.

Camino
recogiendo penas escondidas,
para poder aliviar las mías.

Y ahora
sólo escribo,
palabras insuficientes
que de nada me sirven,
porque tú
ya no estás conmigo.



II

Me pongo a llorar
sobre tu recuerdo;
una imagen en la pared
me obliga a hacerlo.

Al verla,
mis ojos creen acariciarte,
mis labios tocarte
y mis manos besarte.

Cada noche
pierdo el tiempo entre tus brazos,
en mi mente.

Con un poema
entre los labios,
me entrego íntegro,
con el alma desnuda
y la ilusión hecha pedazos.


III


Todo se fue rápidamente,
sólo quedan cicatrices
del recuerdo
y
del olvido.

El eco de las sombras me persigue,
por debajo de las piedras,
de los mares
y de mis palabras.

No tengo a dónde ir,
el fantasma tuyo no me deja en paz.

Nada más me queda,
los ceniceros vacíos
y las botellas tan llenas,
así lo demuestran.

Caen los recuerdos
sobre este inútil papel;
con ellos mis lágrimas,
haciendo más difícil escribir
y olvidar.


IV

Ya no estás,
te fuiste lejos,
con los ojos muertos
y una sonrisa
falsa.

Sólo mis lágrimas humedecen mi corazón,
sólo ellas lo hicieron más blando,
sólo mis lágrimas quedaron.

Los muertos me esperan sonrientes,
un alma nueva,
ya sin vida
ni sueños.

Ahora
sólo la muerte me acompaña,
me guía.

Tomó tu lugar.

Va conmigo,
cruzando mis paisajes internos,
hasta llegar
a la misma puerta del sepulcro,
donde siempre
te esperaré.



(Escrito un 14 de febrero, cuando todavía estaba sobrio)


P.J.

6.7.06

inútil materia


En estos tiempos es muy difícil desprenderse de todo lo material... en especial para gente joven, cuya recargada (y a veces no tanto) agenda social requiere no sólo de dinero, sino también de algunas cosas como celular, mp3, computadora con internet, etc (en realidad no las "requiere" en su totalidad, pero dan una especie de valor agregado al producto persona).

Y la verdad es que nunca voy a entender el porqué de esos requerimientos... por qué la vida no puede ser más sencilla y tranquila?

Y en realidad, no está mal tener algunas cosas, lo malo es cuando nuestra vida gira en torno a ellas... o cuando las llegamos a "necesitar" para etsar bien... o simplemente cuando queremos cada vez más y más y más y más y más y más y más...


Y es que el que quiere todo, todo lo pierde... porque para vivir bien, hay que saber decir "me basta".



P.J.

3.7.06

una noche


Hoy tuve una poco usual (aunque necesaria) caminata nocturna... inesperada.

La verdad es que el vicio me ganó una vez más, y fui a comprar cigarros y fumarme uno, pero mientras caminaba, me di cuenta de algo peculiar... no era una noche cualquiera. Había estrellas.

Quise pensar hace cuánto tiempo que no veía estrellas en el cielo de esta gris ciudad, y la verdad es que no pude recordar... tal vez porque había pasado mucho tiempo, o simplemente porque la última vez no me percaté; pero ese pequeño hecho, de ver lucecitas en el cielo, hizo que mi caminata se alargara un poco más de lo esperado.
Y es que un cielo estrellado (aunque llamarlo estrellado sería un insulto para los bellos cielos de la sierra) trae tantas cosas a mi mente...

El cielo cobra cierta magia cuando deja que uno vea las estrellas... son en esos momentos cuando comprendo la "majestuosidad" del cielo que una vez me mencionaron... es en ese momento cuando recuerdo simplemente lo impresionante que son las cosas simples, y a la vez lo valiosas que son...

Aquellas grandes rarezas (o tesoros para usar palabras más trilladas) que vemos a diario son las que nos ayudan a seguir adelante... una mirada robada en alguna calle; dos ancianos caminando de la mano; o simplemente, un par de puntitos que brillan, en un cielo que suele regalarnos nubes grises.


Y es que "no existe una vida más lujosa que la de vivir sin teléfono y coche" (Joaquín Sabina)


P.J.

2.7.06

el tiempo



El tiempo ha sido prostituído desde que existe...
Le echan la culpa de muchas cosas, le dejan responsabilidades que no le corresponden, lo usan como excusa, y hasta como un medio para generar esperanzas.

La verdad, es que el tiempo no es más que eso... tiempo.
Puede verse como números, dos agujitas moviéndose (o brazos de algún idiota muñeco), un Casio antiguo, unas cuantas arrugas, unas ruinas, un límite, una ilusión.


Hace mucho tiempo un amigo muy cercano me dijo que aquella persona que logre dominar el tiempo, va a poder dominar a la humanidad entera.

Y no fue hasta hace muy poco (ya había pasado, pero hoy me puse "serio" respecto a eso) que me di cuenta que es muy cierto... el tiempo pasa demasiado rápido, y si alguien llegase a controlarlo, sería el más poderoso del universo.
Sin darnos cuenta, ya acabó la película, ya es hora de irse, o simplemente, ya pasó gran parte de nuestra vida, y no hay vuelta atrás.


Sin darme cuenta, casi "sin querer queriendo" como dice el chavo, ya "pasó" una buena parte de mi vida, quizás la mitad o la tercera parte (dudo y espero que no la cuarta), y la verdad, es que no estoy del todo satisfecho... siento que no he avanzado mucho, como hubiera querido, o como imagino hubiera querido, pero son justamente ocasiones como ésta, las que nos ayudan a hacer ese cambio radical que todos alguna vez necesitamos, ese al que todos tememos, pero a la vez, siempre queremos tener.

No sé cuánto puede llegar a cambiar una persona, es cuestionable el simple hecho de si peude o no hacerlo... pero como todo en esta vida, no queda más que intentar, comprobar a través de la experimentación si es realmente posible o no tener un cambio de tal magnitud.


P.J.